domingo, 25 de mayo de 2014

Irene LOZANO: Sin circunstancias


La metáfora del «hombre hecho a sí mismo» es falsa. En eso no se distingue gran cosa de otras imágenes, el problema es que acarrea una enorme carga ideológica, más dañina por cuanto se ha puesto de moda y se oye por todas partes. El hombre hecho a sí mismo es ejemplo de fortaleza y voluntad de poder ,generalmente económico o empresarial; es el individuo tenaz que forja su propio destino de éxito y, una vez culminada su automanufactura, configura la de mucha otra gente. Todo ello llevando en las alforjas, al parecer, sólo un yo. ¡Pero qué yo! Ganador, imbatible, vigoroso, infatigable, y, por supuesto, sin circunstancias (más detalles de ese ideario en Mein Kampf, del autor alemán Adolf Hitler).
El hombre hecho a sí mismo llegó sin nada y lo consiguió todo por sí mismo, sin ayuda. Una mentira gigantesca, una falacia ontológica, una imposibilidad material. Ese hombre ¿nunca hizo una llamada desde el teléfono inventado por Bell? ¿No recorrió una carretera pagada con los impuestos de los contribuyentes? ¿No encendió una bombilla de Edison? ¿No fue amamantado por su madre o, al menos, por una loba romana? Ese hombre que crea sus propias oportunidades, ¿no tuvo un maestro de estrategia? ¿No jugó tan siquiera a las canicas o al ajedrez? ¿No aprendió nada de sus compañeros de juego? Y sus conocimientos, ¿no los adquirió en algún colegio público, inventado por los ilustrados, financiado por los ciudadanos, atendido por profesores? ¿O tal vez en uno privado, pagado por alguien, aunque fuera en forma de beca otorgada a su talento precoz?
No. Ese hombre afirma haber aprendido de la vida, pero ¿es que nunca leyó las voces de otros siglos? ¿Es que no escuchó jamás a los pescadores del puerto o los consejos de su hermana? ¿Es que no se detuvo, siendo niño, a observar una fila de hormigas? Ese hombre que desconoce la debilidad, ¿acaso nunca saboreó la delicia de ser consolado por otras palabras? ¿Es que habla solo? Ese individuo firme, que controla todas las situaciones y jamás se deja llevar, ¿es que no recibió nunca el regalo de otro cuerpo? Ese hombre al que nadie ha visto llorar porque se encierra en el baño, ¿no sabe que el saneamiento lo inventaron los romanos? ¿Y que puede arrojar el pañuelo mojado al retrete porque anteayer vino el fontanero a desatrancar? ¿Cuánto de los otros lleva sobre sus espaldas el hombre hecho a sí mismo?

Publicado en ABC De las Artes y las Letras  (22 Agosto 2007)

domingo, 18 de mayo de 2014

Antonio MEDINILLA: Medievo. (adamaRamada ediciones)



Cuarenta y tres


Clavamos por aquel entonces espinas en el torso de los ángeles bebimos en los caminos su torrente ante las gatas rosadas de avalanchas Perdíamos el camino por el hueco de una herida Brujería no fue no sé cómo ardieron los libros

sábado, 17 de mayo de 2014

Jérome FERRARI: Donde dejé mi alma. ( edt Demipage)

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Cómo me iba a olvidar de usted, mon capitaine, yo que tanto lo quería, yo que lo quería aún más de lo que lo desprecio hoy, y lo desprecio hasta el punto de confesarle sin vergüenza cuánto lo quería.
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